¨Απταγη, μαθητοι!


DOMINGO 27 DE FEBRERO DE 2011

¨Απταγη, μαθητοι!

«Venite ad me omnes qui stomacho laboratoratis et ego restaurabo vos»

Una modestísima caupona o un pandokeion, a cargo de una stabularia que desea para sus huéspedes, buen alimento y sobre todo alegres disquisiciones.
Se inicia con un poco de miedo ¿sabremos hacerlo?¡Hay tantas maravillas sobre la tierra!
Pero Baetulo fue la responsable, ella nos sorprendió y entendimos que nuestra sorpresa podía ser transmitida a los demás.
Vale, Baetulo! A través de ti, iremos haciendo camino, como los peregrinos, de la montaña al mar, parándonos aquí o acullá para saborear durante
el trayecto nuestro buen vino y nuestro buen pan reconociendo en cada descubrimiento que "estamos en casa".

domingo, 8 de mayo de 2011

los contractuales vínculos matrimoniales en la antigua Roma

Sí, ciertamente, vínculos contractuales, porque de un contrato se trató siempre hasta el siglo XX de nuestra era, Daremos un vistazo por los tipos de uniones y, también, leeremos las sabrosas opiniones de algunas mentes preclaras de las época. Una se queda mucho más satisfecha una vez sabido lo que los hombres pensaron al respecto!.

Aquellas madres, como las Cornelia de los Gracos, Lucrecias, Virginias, Volumnas, aquellas mujeres a imagen y semejanza de sus hombres: duras y severas, matronas no sólo de nombre, sino también de psique. No fueron más que el producto social que debía regir los principios de la Res Publica.
Personalmente, no puedo nunca dejar de pensar en Julilla, la esposa de Sulla, con cierta ternura. Pero, como hemos visto durante estas últimas clases, el siglo I aC., hizo tambalear esa sólida estructura social, mas, rápidamente:  "llegó el comandante y mandó parar", es decir, mi muy amado Octavio- Augusto para la Historia -sobre todo para nuestra querida Gallart y Rosend; en definitiva, las aguas volvieron a su cauce, más o menos... y pocas Sempronias, sobre todo por inteligencia, o Volumnias Citéridas, vamos a encontrar a partir de ahora.Ya no serán mi matronas, en sentido republicano, ni las doctae puellae que buscaron tan desesperadamente los elegíacos. En el Imperio serán otra cosa. 

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