¨Απταγη, μαθητοι!


DOMINGO 27 DE FEBRERO DE 2011

¨Απταγη, μαθητοι!

«Venite ad me omnes qui stomacho laboratoratis et ego restaurabo vos»

Una modestísima caupona o un pandokeion, a cargo de una stabularia que desea para sus huéspedes, buen alimento y sobre todo alegres disquisiciones.
Se inicia con un poco de miedo ¿sabremos hacerlo?¡Hay tantas maravillas sobre la tierra!
Pero Baetulo fue la responsable, ella nos sorprendió y entendimos que nuestra sorpresa podía ser transmitida a los demás.
Vale, Baetulo! A través de ti, iremos haciendo camino, como los peregrinos, de la montaña al mar, parándonos aquí o acullá para saborear durante
el trayecto nuestro buen vino y nuestro buen pan reconociendo en cada descubrimiento que "estamos en casa".

jueves, 30 de agosto de 2012

MI JUBILEO  

jubilar  (del l. iubilaeu < heb. yobel, júbilo)

tr. Eximir del servicio [a un funcionario] por razón de ancianidad o enfermedad.
fig.Desechar por inútil [alguna cosa].
intr.-prnl. Alegrarse.
prnl. Conseguir la jubilación.
(Amér. Central) y (Venez.) Faltar, hacer novillos.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.

 

No iba a ser menos la palabra que nuestra propia cultura, a caballo entre los judíos y los grecorromanos, a pesar de la aculturación anglosajona. Pero, para quien guste saber: entre los hebreos, según la ley mosaica, después de trabajar servilmente cuarenta y nueve años, el quincuagésimo no sólo se libraban ya del trabajo sino también recobraban la libertad (época en Egipto), acontecimiento que se anunciaba con un instrumento musical conocido como yobel
En latín encontramos jubilum y jubilo: exteriorizar la alegría con gritos, cantos, aclamaciones y vítores.

Realmente ignoro, y tampoco me interesa, si procede de alegrarse o de liberarse, pues creo que cualquier liberación proporciona alegría y que ésta es hija de la libertad. Por ello, contenta del trabajo realizado, satisfecha y agradecida por todo lo vivido, por las personas interesantes que me he encontrado por el camino, sobre todo agradecidísima a todas ellas, a las que me han hecho crecer y a las que me han servido de ejemplos que no debo seguir, a todas ellas, gracias. Ha sido más lo recibido que lo dado, seguramente. 
Seguré introduciendo entradas con la seguridad de que será un grito en el desierto, que pocos o nadie lo leerá, pero yo sigo siendo la misma, así que, erre que erre. 
Un abrazo y los que me necesiten, aquí y allí me encontrarán: en servicio perpetuamente público, pero sin horario. 
 

 

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